"Asesinos de Planetas", Temporada 2: Traficantes de Animales en la Mira

Una pareja de monos se vendió por 6.800 €, un chimpancé joven por 40.000 €… Las ofertas se desplazan por la pantalla del teléfono, acompañadas de fotos de animales encerrados en pequeñas jaulas. Para la segunda temporada de la serie documental Planet Killers, dedicada a los delitos ambientales, el periodista de investigación Stéphane Malterre revela el tráfico de primates en la República Democrática del Congo. Un negocio lucrativo impulsado por la proliferación en redes sociales de vídeos de monos reducidos a la condición de mascotas en lujosas villas de China, Tailandia y Oriente Medio.
Basándose en investigaciones realizadas por ONG especializadas en la lucha contra el tráfico de animales protegidos en África, este impactante documental parte de la incautación, en 2023, en un aeropuerto togolés de un cargamento de 40 monos, varios de los cuales pertenecían a especies en peligro de extinción. Se estima que casi 1500 de ellos son sacados ilegalmente del país cada año. Este mercado multimillonario prospera gracias a la corrupción y la pobreza.
Testimonios excepcionales arrojan luz sobre los diversos eslabones de la cadena de tráfico: un cazador furtivo, padre de diez hijos, admite obedecer la ley del vientre ; un traficante adinerado afirma trabajar legalmente y ser un protector de los animales ; un alto funcionario, sospechoso de haber vendido permisos de exportación falsos, niega cualquier implicación, en particular en la venta de cuatro gorilas a un parque de atracciones chino. Su aplomo e impunidad son desgarradores.
Sentimos la misma rabia, mezclada con asco, al ver las otras dos partes de la colección: El Cártel del Tigre (de Paul Moreira y Stéphane Malterre), una inmersión asfixiante en granjas disfrazadas de zoológicos en Tailandia, donde los felinos son criados como ganado y literalmente reducidos a papilla para obtener una supuesta cura milagrosa; y Los Barones del Cuerno (de Claire Tesson), que reconstruye la caza de Big Joe, el jefe de la caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica. Las personas sensibles deberían abstenerse.
La Croıx